sábado, 14 de enero de 2012

Donar organos es regalar vida.

  La donación de órganos en nuestro país se perfilaba, hace cosa de treinta años, como un asunto similar al que hoy ocupan otros temas de actualidad científica como la medicina genómica: se trataba de un asunto importante, al cual no se le concedía la importancia debida. Hoy, el asunto ha tomado dimensiones inimaginables. 
   El tema se ha vuelto polémico y nos ha llevado a reflexionar sobre los aspectos que conlleva para cada una de las partes involucradas. Por una parte sabemos que, para conservar su salud o mejorar su calidad de vida, algunas personas requieren de un órgano específico de alguno de sus semejantes, mientras que, para éstos, la donación de ese órgano representa literalmente “arrancar” un trozo de su cuerpo para darlo a otro que lo requiere con urgencia para mejorar su vida o tal vez para salvarla.

    Pero que es la donación de órganos?


    La Ley General de Salud, en su articulo 321, señala que la donación consiste en: ´´el consentimiento tacito o expreso de la persona para que, en vida o después de la muerte, su cuerpo o cualquiera de sus componentes se utilicen para trasplantes.
    Sin embargo, debemos entender que no se trata únicamente de un procedimiento legal o medico, si no de un compromiso moral y humano que permitirá a una o varias personas vivir unos años mas, mejor calidad de vida y cumplir sueños y metas que no podrían lograr si no les damos un regalo de vida.

viernes, 13 de enero de 2012

Testimonios

Elvia
Mi nombre es Elvia, hace 12 años me enfermé de los riñones, justo cuando estaba por terminar el internado de medicina. No deje de pensar en todas aquellas cosa que pensaba hacer. Tuve que dejar de trabajar, veía a mis otros compañeros avanzar en sus carreras.
Fue muy difícil para mí y para mi familia afrontar esto. Estuve internada tres veces cada una por un episodio de convulsiones.  Mi hermana fue un gran apoyo, ella se quedaba amaneciendo conmigo en el hospital.  Y estaba dispuesta a donarme un riñón.  Pero resultó incompatible.  Mis padres tampoco podían ser por la edad y otras dolencias que los descartaban como donantes.  Allí fue donde todos entramos en una crisis.  Me inscribí en una lista de trasplante y tuve que esperar por dos años.  Hasta que llegó el día, gracias a alguien que donó sus riñones, recuperé mi vida...
Lo primero que pensé era trabajar de nuevo.  Después de ocho años, pude estudia de nuevo, me casé y pude continuar uno de mis grandes anhelos... atender en un consultorio a quienes me necesitan.